¿El Miedo Al Fracaso Y El Temor A Equivocarte Y Cometer Errores Te Paraliza?
A todos nos ha pasado más de una vez de sentir temor a equivocarnos o ni siquiera atrevernos a intentar algo por el miedo al fracaso, y lo absurdo de la situación es que con el paso del tiempo terminas preguntándote «¿qué hubiese pasado si?”…
Recuerdo un profesor que hace muchos años decidió ponernos a prueba y regalarnos 2 puntos del examen final si nos atrevíamos a hacer un monólogo delante de toda la clase y su única condición era que no podía pasar de más de 2 minutos (ni siquiera exigía que fuera bueno).
Yo en aquel entonces le di mil y una vueltas tanto a la temática como al hecho de recitar el monólogo frente a mis compañeros porque me producía pavor. Sin embargo, escogí temática y decidí llamarlo el “virus de los Y si”. Preparé el discurso sin estar segura de si me atrevería a exponerlo o no, y dejé pasar algunas semanas en las que mis dudas fueron creciendo… ¿y si me sale mal, me quedo en blanco o hago el ridículo…? Me costó decidir (y pensar que de eso iba el monólogo), pero finalmente me atreví en el último minuto. A pesar del miedo y de que no salió perfecto, lo disfruté, y lo más importante, jamás me preguntaré qué hubiese pasado si…
Anécdota aparte, 11 años más tarde esos dos minutos de valentía volvieron a mi mente porque me sorprendí preguntándome ¿qué hubiera pasado si hubiese tenido el valor de empezar mi propio proyecto hace algunos años? ¿Y si hubiera probado a equivocarme (o no)? El hecho es que nunca sabré lo que podría haber sido porque durante mucho tiempo ni siquiera me atreví a cuestionarme.
Atrévete a Fallar! Cometiendo Errores También se Avanza y se Aprende
Muchas veces el miedo a equivocarnos nos inmoviliza y nos atrapa en nuestra zona de confort. Soñamos con conseguir algo pero no actuamos en pro de nuestros deseos por miedo a equivocarnos. No revisamos ni cuestionamos nuestras decisiones cada tanto, ni sabemos si están fundamentadas en miedos. Merecemos darnos permiso para experimentar, probar, disfrutar de la magia que surge de las posibilidades, y estar abiertos a lo que pueda pasar, pero no muchas veces no lo hacemos.
Ya sé que no todo tan color de rosa como esta web y que es mucho más sencilla la teoría que la práctica. El año pasado estuve muy cerca de otro «qué hubiese pasado si«. Había decidido empezar mi propio proyecto y contar historias de mujeres emprendedoras que han creído en sus ideas y las han hecho realidad porque me parece una fantástica fuente de inspiración para mí misma y para otras mujeres que desean cambio y transformación. No obstante, no paraba de poner ‘y sis’ en mi cabeza… «¿Y si no consigo historias, acabo perdiendo tiempo y energías o en realidad mi idea es una tontería? Hubo unos cuantos meses que preferí quedarme en mi zona de confort, dejé de lado la idea y estuve a punto de no materializarla y olvidarla para siempre en un cajón (en realidad en una caja jejeje).
Hoy me doy cuenta que estaba decidiendo mi miedo a cometer errores y fracasar. Sigo teniéndolo, pero me pesa menos el miedo a equivocarme y que no salga que el hecho de no intentarlo. Prefiero dejar de lado todos los interrogantes negativos y centrarme en lo que tengo que hacer. Total, lo demás ya se irá viendo.
A veces no somos conscientes de las oportunidades que se nos escapan al no probar y ver qué pasa por miedo a equivocarnos
En ocasiones no somos conscientes de las oportunidades que dejamos escapar por miedo… a fracasar, al qué dirán, a que las cosas no nos salgan bien, a tener que recular, a equivocarnos, a desaprender, a empezar de cero, a lo desconocido, a la incertidumbre, etc,. Dejamos que el miedo decida por nosotros en lugar de probar y ver qué pasa, y si no sale como esperábamos, pues aceptarlo y aprender.
Si nos detenemos a analizar algunas de las historias de éxito más conocidas, muchas van acompañadas de previos intentos y fracasos: Walt Disney fue despidido porque su editor sentía que le faltaba creatividad, Oprah Winfrey fue despedida como presentadora por implicarse demasiado emocionalmente al hacer sus entrevistas, Thomas Edison fue tachado de demasiado estúpido por sus profesores, Albert Einstein tenía problemas de aprendizaje, J.K. Rowling presentó Harry Potter a 12 editoriales que recharazon su primer libro, etc., y así podría seguir una lista interminable de historias de aprendizaje y superación fundamentadas en el «fracaso» (no en el miedo).
Así pues, si la fórmula del éxito es fracasar más, ¿por qué nos da tanto miedo fracasar? Quizás tenemos la creencia de que fracasar es malo. Quizás porque fracasar es sinónimo de equivocación y no nos gusta equivocarnos. Tal vez sea porque fallar nos empuja a probar nuevas fórmulas o incluso empezar de cero. Sea cual sea la razón, ¿no sería más interesante ver el fracaso como el valor que tenemos para cometer errores y aprender de ellos? Si es mucho mejor tener una actitud positiva hacia los errores y darnos cuenta de que nuestros fracasos contribuyen a nuestro crecimiento personal.
Ante una posible fracaso pregúntate qué es lo peor que podría pasar. ¿Es realmente tan terrible como para impedirte salir de tu zona de confort y al menos intentarlo? Seguro que no es para tanto.
¿Alguien más en proceso de aumentar su ratio de errores/aprendizaje o algún intento reciente que desees compartir?
Opina, comenta, involúcrate.
Estamos aquí para inspirarnos y ayudarnos.
XX
Sonia
